La Dirección General de Tráfico (DGT) ha admitido recientemente fallos en la clasificación inicial de las etiquetas para vehículos. Aunque la DGT ha reconocido estos errores, ha dejado en manos de los conductores la corrección de dichos fallos.
¿Por qué las etiquetas son relevantes?
La introducción de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en municipios con más de 50.000 habitantes, y en aquellos con problemas de calidad del aire y más de 20.000 habitantes, ha convertido las etiquetas en un elemento fundamental. Estas etiquetas asignan una calificación a cada vehículo en función de las emisiones que emite, lo que a su vez influye en las restricciones de circulación impuestas por los ayuntamientos.
Problemas con la clasificación inicial
El sistema de etiquetado inicial de la DGT se basó en la antigüedad de los vehículos, ignorando las emisiones reales que emitían. Esta omisión resultó en cientos de miles de errores en la clasificación inicial. Ahora, la corrección de estos errores se deja en manos de los propietarios de los vehículos.
Afectados y normativas de etiquetado
Principalmente, esta situación afecta a los propietarios de vehículos sin etiqueta, así como a los clasificados como 'B' y 'C'. Estas categorías engloban a una gran parte del parque automovilístico español. Las etiquetas 'ECO' y '0' son cada vez más comunes, pero los vehículos sin etiqueta son los más perjudicados, ya que no pueden acceder a muchas ciudades importantes.
Las normativas de emisiones para las etiquetas 'B' y 'C' se basan en criterios específicos. La etiqueta 'B' aplica a vehículos a gasolina que cumplen con Euro 3 y vehículos diésel que cumplen con las Euro 4 y Euro 5. Mientras tanto, la etiqueta 'C' aplica a vehículos a gasolina que cumplen con Euro 4, Euro 5 y Euro 6, y vehículos diésel que cumplen con la Euro 6.
¿Qué posibilidades tienen los conductores?
La DGT permite a los conductores volver a etiquetar sus vehículos, pero les exige demostrar que el vehículo cumple con los requisitos para una etiqueta diferente a la que actualmente poseen.
El proceso de rectificación
El proceso de reetiquetado es similar a la conversión de un vehículo a GLP. Se debe presentar la documentación correspondiente en la Jefatura Provincial de Tráfico para obtener la etiqueta 'ECO'. Aunque la ficha técnica del vehículo especifica la normativa Euro que cumple, para conocer las emisiones con precisión, es recomendable contactar al fabricante. A través de este contacto, se puede solicitar un certificado de homologación energética, el cual puede tener un costo entre 10 y 90 euros. Este certificado será necesario para que la DGT actualice la etiqueta, por lo que es crucial enviarlo.